La inteligencia artificial (IA) se encamina como una gran medida para la ciberseguridad, solucionando rápidamente vulnerabilidades en el software. Pero de la misma manera en que se usa para prevenir, los hackers de la misma manera, pueden hacer uso de ella y destinarla para mejorar su sistema.
Recientemente, los organizadores del Cyber Grand Challeng, llevaron a cabo un experimento, en donde siete supercomputadoras se enfrentaron entre si, de esta manera se pudo demostrar que las maquinas ya tenían la capacidad de encontrar y corregir las vulnerabilidades del software.
Con esto en mente, es sabido que, la tecnología puede ser utilizada para perfeccionar cualquier codificación y de esta manera librarla de los defectos. Pero de la misma forma que corrige problemas, qué ocurriría se se implementara la IA para fines maliciosos.
Un claro ejemplo a esto es que los ciberdelincuentes podrían hacer uso de las capacidades de la IA para analizar el software y encontrar aquellas vulnerabilidades que pueden ser aprovechadas para llevar a cabo sus ataques. A diferencia del ser humano, una maquina podría llevar a cabo esta tarea con la eficacia de una maquina. Por consiguiente el tiempo que gastaba un hacker en explotar esa vulnerabilidad o encontrarla, se reduciría a minutos.
El riesgo es bien conocido por parte de los expertos en ciberseguridad, y más aun cuando la industria de TI se encuentra desarrollando automóviles autodirigidos, robots avanzados y otras distintas formas de automatización.
Es por esto que, para los expertos no es descabellado suponer el lado oscuro de esto, aquel en el que la IA podría construir y controlar poderosas ciberguerras. Pero por el momento realmente ninguna compañia ha logrado crear una inteligencia suficientemente fuerte, aponas han llegado a maquinas que simplemente sirven como asistente digital o maquina de juego.
Por consiguiente las compañías tendrían que tener una plan de contingencia ante cualquier eventualidad futura, pero por el momento es algo que solo tiene hipótesis.